Paseando por uno de los parques de El Limonar, el barrio donde residimos.
29.11.06
Ladrilleros
En Ladrilleros hemos tenido el privilegio de poder ver tucanes, colibríes picando flores y alcatraces formando escuadrones geométricos en el cielo, pero fue mucho más fácil fotografiar a los sapos que pululaban alrededor de la casa.
Ladrilleros
Café y Chepa, además de sus funciones de guardianes del Hotel Los Acantalidos, nos acompañaban en nuestro paseos matutinos por la playa (a las doce o la una, cuando uno acaba de desayunar tranquilamente, ya sabéis), aprovechando la bajamar. Se bañaban con nosotros, jugábamos, posaban, nos guiaban, ... El último día, Café nos llevó hasta Juanchaco para despedirse, un pueblo cercano en donde teníamos que tomar el barco de regreso a Buenaventura. !Gracias, Café!
28.11.06
El Oceáno Pacífico en Ladrilleros
Ana y yo hemos visto por primera el Océano Pacífico (a Claudia ya se lo presentaron en Nicaragua hace algún tiempo). Es un mar muy bravo, a veces verde, a veces marrón, otras plateado y casi nunca azul.
San Agustín
El Ministerio de Cultura de Colombia intenta conservar su patrimonio mediante esta publicidad. Un tanto por ciento muy elevado de todos los hallazgos arqueológicos pertenecientes a esta civilización se hallan en Alemania.
27.11.06
San Agustín
Ana, una colmbiana del Ministerio de Turismo, Claudia y la Casita decorativa del Hotel El Jardín en nuestra primera noche en San Agustín.
San Agustín
Las vistas sobre el cañón del río Magdalena que nos ofrecía nuestra cabaña en La Casa del Sol Naciente eran espectaculares. Dormíamos a la interperie. ¡Sí, en Colombia! Y el amanecer nos brindaba estas imágenes al abrir los ojos.
25.11.06
San Agustín
Panorámica de la mágica ciudad de San Agustín, donde se encuentra un parque arqueológico de una civilización precolombina con más de cinco mil años de antigüedad.
Camino de San Agustín
Para llegar a San Agustín hay que transitar por una carretera sin asfaltar que atraviesa una de las cordilleras andinas de Colombia. Se sube por encima de los tres mil metros a una zona de frondosa vegetación donde abundan los controles del ejército, que te hacen bajar de la buseta para registrarte (comprueban si llevas armas). Este área ha sido muy conflictiva en tiempos no muy lejanos. Aunque aparentemente no se corre peligro, impresiona ver a soldados armados con metralletas y camuflados con pasamontañas en mitad de la noche. En la foto se puede ver como la lluvia nos acompañó en este viaje.
Santiago de Cali
El pensamiento del colombiano se refleja en las calles de Santiago de Cali a través de la cartelería y las pintadas en las paredes.
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