Las vistas sobre el cañón del río Magdalena que nos ofrecía nuestra cabaña en La Casa del Sol Naciente eran espectaculares. Dormíamos a la interperie. ¡Sí, en Colombia! Y el amanecer nos brindaba estas imágenes al abrir los ojos.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Sabes, necesitas que nos veamos para que te pase unos tenis! Ja Ja
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Sabes, necesitas que nos veamos para que te pase unos tenis! Ja Ja
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