Llegamos a Quito un día antes de que Correa tomará posesión de su cargo como presidente. Las calles estaban agitadas. La gente está muy esperanzada con la nueva época que le toca vivir. En reuniones callejeras los ecuatorianos piden cuanto antes una Asamblea Constituyente para hacer una nueva Constitución que no esté diseñada para los poderosos. ¡Suerte, Correa!
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